
Historia y arte
La Iglesia de San Cristóbal y la Ermita de Nuestra Señora de la Fuente son dos referentes del patrimonio religioso de Muel, combinando historia, arte mudéjar y barroco, y una profunda devoción popular.
La Iglesia de San Cristóbal, con su torre mudéjar y estructura barroca, es el templo parroquial de Muel, mientras que la Ermita de Nuestra Señora de la Fuente destaca por su tradición mariana y su decoración cerámica. Ambas construcciones han sido testigos de la fe y la historia del municipio, conservando un valioso legado cultural y arquitectónico.
Historia:
La Iglesia de San Cristóbal es el principal templo parroquial de Muel y ha sido, a lo largo de los siglos, un pilar fundamental en la vida religiosa y comunitaria del municipio. Su historia se remonta a una primitiva construcción mudéjar, de la cual solo se conserva la torre, testimonio de la importancia de este estilo en la arquitectura aragonesa.
El actual edificio fue construido en 1706, dentro de un proceso de renovación arquitectónica que transformó el antiguo templo en una iglesia barroca de mayor monumentalidad. Esta reconstrucción fue motivada por el deterioro del edificio original, lo que llevó a la necesidad de una ampliación y mejora para adecuarlo a las necesidades de la creciente comunidad de fieles. La práctica de edificar sobre estructuras preexistentes era común en Aragón, permitiendo mantener la continuidad del culto sin necesidad de trasladarlo a otra ubicación.
A lo largo de su historia, la iglesia ha sido testigo de numerosos acontecimientos locales, sirviendo como punto de reunión en festividades religiosas, celebraciones y actos comunitarios. Con el tiempo, ha sufrido diversas restauraciones, la más reciente orientada a la recuperación de elementos arquitectónicos y decorativos que habían sido modificados por reformas anteriores.
Arte y Patrimonio
La Iglesia de San Cristóbal es un templo de estilo barroco con influencias renacentistas, destacando por su planta de salón con tres naves de igual altura, algo poco común en la arquitectura religiosa de la provincia de Zaragoza. Esta disposición permite una mayor amplitud espacial y favorece la luminosidad en el interior.
Las naves están separadas por pilastras cruciformes con capiteles corintios, aportando elegancia y verticalidad al conjunto. La nave central y los brazos del crucero están cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos, mientras que las naves laterales cuentan con bóvedas de arista, un diseño característico de la arquitectura barroca aragonesa.
El presbiterio de planta poligonal se cubre con una bóveda de gajos, mientras que el crucero está coronado por una cúpula con linterna que permite la entrada de luz natural, creando un efecto visual impresionante. El cimborrio octogonal que sobresale en la cubierta exterior refuerza la monumentalidad del edificio.
La Torre Mudéjar
Uno de los elementos más singulares de la iglesia es su torre campanario, el único vestigio del templo original de estilo mudéjar. Esta torre, situada en el lado del evangelio, presenta dos cuerpos inferiores de planta cuadrada y dos superiores octogonales, una tipología muy representativa del mudéjar aragonés.
Su decoración es sobria, destacando el uso de cerámica en fajas y paños, así como vanos en arco de medio punto articulados por cornisas. La torre ha sido restaurada en varias ocasiones para conservar su estructura original, ya que había sufrido alteraciones debido a reformas barrocas y al paso del tiempo.
Órgano Histórico
Otro de los elementos patrimoniales de la iglesia es su órgano, construido en 1696 por un organista de la Villa de Luna. Este instrumento, de gran valor histórico y artístico, ha sido conservado a lo largo de los siglos y sigue siendo un elemento fundamental en la liturgia de la parroquia.
Ermita de Nuestra Señora de la Fuente
Junto a la iglesia parroquial, otro de los templos más importantes de Muel es la Ermita de Nuestra Señora de la Fuente, una construcción de gran valor histórico y artístico situada a las afueras del casco urbano, junto al cauce del río Huerva.
Historia de la Ermita
La ermita tiene su origen en una construcción anterior, posiblemente medieval, aunque el edificio actual se levantó entre los siglos XVI y XVII. Su ubicación junto a una fuente ha hecho que esta construcción esté íntimamente ligada a las tradiciones locales y a la devoción popular.
A lo largo de su historia, la ermita ha sido un lugar de peregrinación y culto mariano, donde los vecinos de Muel han celebrado festividades en honor a la Virgen. Además, ha desempeñado un papel clave en la identidad de la localidad, convirtiéndose en un punto de referencia espiritual para los habitantes.
Arte y Patrimonio de la Ermita
La Ermita de Nuestra Señora de la Fuente es un templo de estilo renacentista con elementos barrocos añadidos en reformas posteriores. Destaca por su planta rectangular con una sola nave cubierta por una bóveda de lunetos.
Uno de sus mayores tesoros es el conjunto de azulejos mudéjares y renacentistas que decoran el interior, realizados en la Real Fábrica de Cerámica de Muel. Estos azulejos, de vivos colores y complejos motivos geométricos, reflejan la tradición alfarera de la localidad y constituyen una de las colecciones de cerámica más destacadas de Aragón.
El altar mayor está presidido por una imagen de la Virgen de la Fuente, advocación muy venerada en la zona. Durante las festividades en su honor, los vecinos realizan procesiones y actos religiosos en este lugar, reforzando su importancia dentro del calendario litúrgico local.
La Iglesia de San Cristóbal y la Ermita de Nuestra Señora de la Fuente son dos joyas del patrimonio religioso de Muel, cada una con su propia historia y singularidad arquitectónica. Mientras que la iglesia representa la evolución del arte mudéjar al barroco, la ermita conserva la tradición devocional y la riqueza cerámica de la zona. Ambos templos continúan siendo espacios de culto y referencia para la comunidad, testigos de la fe y la cultura de Muel a lo largo de los siglos.
Miembros de nuestra iglesia
